En breve, gran parte de la población mundial sucumbirá a un estado de embriaguez colectiva, al mismo ritmo que los giros que da la Tierra concluyan el año en cada rincón del planeta. Si alguien quisiera conquistar el mundo, este sería el día idóneo, pero seguramente ningún gobernante es tan psicopata o ningún psicopata gobierna lo suficiente como para poder hacerlo. O quizás sí.
En la televisión ya están mostrando resúmenes del 2024, intentando transmitirnos que, a pesar de que todo vaya mal, el balance final es positivo, pues nos queremos mucho y nuestro país ha ganado alguna que otra medalla en los juegos olímpicos.
Tengo que admitir que estos vídeos me parecen cautivadores, son la guinda de un pastel lleno de mierda a punto de derrumbarse, pero la guinda es bonita y está rica.
Lejos de querer despotricar sobre lo mal que está el mundo, almenos por lo que respecta a la región que ocupa mi existencia (Dios me libre de monopolizar la miseria), quería tratar de mandar un mensaje animoso.
En primer lugar, hay muchas cosas de las que podemos dar gracias, como poder pasar de ronda a 2025, lo que significa que aún tenemos la oportunidad de hacer el mundo un poquito mejor.
Por otro lado, no hace falta esperar a final del año para hacer un balance de tu vida, ni al principio para intentar recomenzar, cada día es un buen momento. Pero es verdad que este día es inevitablemente especial, no solo porque una vez más nuestro planeta hace gala de su perseverancia, empeñado en seguir dando vueltas alrededor del Sol hasta que uno de los dos reviente, sino también por la época navideña en la que se encuentra.
Así que, si aún no has reflexionado sobre lo que esperas de tu vida, te animo a que empieces ya, ahora mismo, porque después estarás liado.
Nuestro querido G.K. Chesterton no lo podría expresar mejor:
El objetivo de un Año Nuevo no debe ser que tengamos un año nuevo. Debe ser que tengamos un alma nueva.
Estimado lector, espero que tengas un buen final de año, y me atrevo includo a adelantarme un poco: ¡Te deseo un feliz año 2025, lleno de libros, amigos, familia y Cristo!